Apabanc está presentando cientos de demandas contra CatalunyaCaixa (nombre comercial de CatalunyaBanc adquirida recientemente por BBVA) por daños y perjuicios a los afectados por la comercialización de obligaciones subordinadas y participaciones preferentes. Los afectados de CatalunyaCaixa sufrieron las mayores quitas de todas las entidades nacionalizadas; el 61% en las preferentes, el 50% en la deuda subordinada perpetua y el 11% en la deuda con vencimiento.
En julio de 2013, los afectados por preferentes y obligaciones subordinadas de CatalunyaCaixa vieron como sus ahorros fueron canjeados por acciones, y a posteriori se vieron forzados a vender dichas acciones al Fondo de Garantía de Depósitos, en base a una anterior resolución del FROB, sufriendo una segunda quita. Con este canje forzoso los afectados de CatalunyaCaixa recuperaron sólo una parte de su inversión. Inversión que tampoco se ha podido recuperar al 100% a través del sistema de arbitraje implementado a través de la Agencia Catalana de Consumo, por lo que en la actualidad la única alternativa para recuperar sus ahorros es la vía judicial.
El canje de preferentes y subordinadas por acciones de CatalunyaCaixa y posterior venta al Fondo de Garantía de Depósitos, fue un canje forzoso, puesto que los afectados tenían dos alternativas: o vender las acciones y recuperar sólo parte de sus ahorros, o quedarse con unas acciones imposibles de liquidar ni transmitir habida cuenta de que los títulos de CatalunyaCaixa no cotizan en Bolsa.
Las demandas por daños y perjuicios presentadas por APABANC exigen la devolución a los afectados de los porcentajes de su inversión que perdieron con las quitas y el posterior canje, y se sustentan en que el canje y posterior venta forzosa no convalida la anulabilidad del contrato original de compra de dichos productos ya que su comercialización fue engañosa. En definitiva, la entidad financiera no ofreció a los afectados, en el momento de la contratación de dichos productos de riesgo, información veraz, completa, pertinente y adecuada a sus conocimientos como consumidores. La actuación de CatalunyaCaixa fue así dolosa, por cuanto se omitió deliberadamente la información esencial relativa a la operación.
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