SANTANDER¿QUÉ SON LOS VALORES SANTANDER? EL DENOMINADO “PRODUCTO AMARILLO”

Los  “Valores Santander”, comercializados bajo el nombre de Producto Amarillo son unos bonos necesariamente convertibles en acciones con un vencimiento a cinco años, calificados por la CNMV como productos complejos y novedosos dentro de nuestro sistema financiero y que fueron comercializados engañosamente como un producto de renta fija sin riesgos.

Lo que la entidad vendió en octubre de 2007, cuando ya había estallado la crisis en EEUU, eran unas obligaciones convertibles en acciones. El atractivo gancho publicitario del momento era que abonaban un 7,3% de interés. Aunque en el folleto de emisión se especificaba que ese interés estaba vigente sólo durante el primer año, a partir del segundo descendía al 2,5% más el euríbor.

Además, se estipulaba el canje de esos bonos por acciones, algo que, como muy tarde, debería hacerse en octubre de 2012 a un precio fijo de 16,5 euros la acción. En aquel momento, la acción cotizaba a 14 euros. Todo hubiera salido perfecto si las acciones de Banco Santander hubieran subido. Pero  la crisis financiera internacional afecto enormemente a la Bolsa y ocurrió  todo lo contrario: el precio de la acción se desplomó.  Cuando en octubre de 2012 los inversores en  Valores Santander se vieron obligados a pagar 16 euros por unas acciones que apenas llegaban a los 6 euros de cotización saltaron todas las alarmas: con el cambio perdían el 55% de su inversión (un 32% si se descontaban los intereses cobrados).

Con la denominación de Producto Amarillo, la intención de Banco Santander de comercialziar el producto ocultando el riesgo en el que incurría el ahorrador o inversor minorista era clara.  La entidad utilizó un código de colores para clasificar el riesgo. El rojo identifica a aquellos  producto financieros donde es posible perder parte de la inversión y, por lo tanto, no son aptos o no es aconsejable vendérselos a inversores minoristas. Le sigue el amarillo, que especifica que son complicados pero permite la venta a los minoristas, mientras que  los que no tienen ningún riesgo se etiquetan como verdes.

Banco  Santander  jugó con no sólo con el léxico, sino que también “jugó” en muchas  ocasiones con las fechas de las órdenes de compra, alterándolas; en otras ocasiones se firmaron las órdenes de compra sin fecha, con objeto de camuflar que la compra se producía antes de la aprobación definitiva por parte de la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores) del folleto informativo. 

MULTA DE LA CNMV A BANCO SANTANDER POR LA COMERCIALIZACIÓN IRREGULAR DE ESTOS VALORES

De hecho, en 2012 la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) impuso dos multas a la entidad presidida entonces por Emilio Botín por valor de 16,9 millones por cometer dos infracciones, una grave y otra muy grave que, sumadas, suponen la mayor sanción del supervisor en toda la crisis. Los hechos hacen referencia a la emisión de “Valores Santander” de 2007,  la mayor emisión hecha en España, por valor de 7.000 millones de euros. Con este dinero el Santander financió la compra del  banco holandés AB-Amro y del Royal Bank of Scotland.

La CNMV  sancionó con 10 millones al Santander por no disponer de la información necesaria sobre la idoneidad de sus clientes cuando suscribieron la emisión de los valores. Es decir, desconocía que si los compradores de esta emisión, que era obligatoriamente convertible en acciones, tenían el perfil adecuado para unos productos de estas características. La CNMV considera este hecho como una infracción grave.

Además, la CNMV le impuso una segunda multa de 6,9 millones   al considerar que cometió una infracción muy grave al no gestionar adecuadamente los conflictos de intereses entre su beneficio y el perjuicio a los clientes. La normativa establece que siempre se debe gestionar anteponiendo el interés del cliente al de la propia entidad. También por incumplir la norma que obliga a las entidades que prestan servicios de inversión a “mantener adecuadamente informados a sus clientes en todo momento”

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